viernes, 12 de junio de 2009

Los reyes de la noche


Fisher, Ariza y Gasol dejaron a los Lakers a un juego de llevarse el campeonato

ORLANDO -- Trevor Ariza tuvo su espacio en el podio, luego le cedió el lugar a Derek Fisher, y para cuando el moderador de la conferencia de prensa anunció que Kobe Bryant sería el próximo, la sensación era que la parte importante de la conferencia ya había pasado.

Ah sí. Él.

En el Juego 4 de las Finales de la NBA, hombres como Fisher, Ariza y Pau Gasol se destacaron más que Bryant en el descuento. Incluso lo salvaron de tener que responder por otra noche de anotaciones frías cuando supuestamente lo que debía tener frío era la sangre. Nos sirvieron de recordatorio que los campeonatos son un esfuerzo colectivo, y que hay más historias aquí que el deseo de Bryant de ganar un título para su equipo por cuenta propia.

Hay otra cara que podemos agregarle a las imágenes de estas Finales. Inicien el software de programación e inserten una sonrisa de Fisher entre los ceños fruncidos de Kobe. Y preparen una melodía de piano para la próxima tanda de los comerciales "Amazing", esta vez para acompañar el triple que Fisher clavó con 4.6 segundos en el reloj para forzar una prórroga, en la que los Lakers prevalecieron, 99-91, para ponerse 3-1 arriba en la serie. La primera oportunidad de capturar el 15° campeonato en la historia de la franquicia llegará en el Juego 5, el próximo domingo aquí en Orlando.

Durante el Juego 4 vimos la actuación más colaborativa de los Lakers en los playoffs. Los 12 Lakers uniformados jugaron, 11 contribuyeron en las estadísticas y ocho anotaron (cuatro en dos dígitos). Problemas de faltas en la línea frontal metieron a D.J. Mbenga y a Josh Powell en la cancha en la primera mitad. Alguna discusión acalorada en el descanso produjo un inspirado tercer cuarto de 30-14 que borró el déficit de 12 puntos con el que habían llegado al entretiempo y los dejó arriba por cuatro. Ariza metió cinco tiros en el período tras haber fallado sus seis intentos en la primera mitad.

Pero la verdadera historia de redención y perseverancia fue protagonizada por Fisher. Falló sus primeros cinco intentos desde la media luna antes de clavar el que más contaba para forzar el tiempo suplementario. Pero la historia no termina ahí. Enmudeció a todos los críticos quienes pedían a gritos que Phil Jackson lo sentara en sus juegos flojos de playoffs, o a quienes cuestionaron la decisión de Jackson de darle el balón a Fisher y no a Bryant para el tiro final en el segundo juego de las Finales de la Conferencia Oeste. (Lo erró, y perdieron.)

De hecho, esta historia comenzó cuando Jackson llegó a Los Ángeles en 1999, y todos creían que Fisher tenía que empezar a averiguar precios de mudanza. Era sabido que Jackson prefería a los escoltas grandotes y veteranos. Fisher solamente había jugado tres años en aquel entonces, y aunque adquiriera más experiencia nunca mediría más de 6'1 pies.

"Estaba preocupado", dijo Fisher. "Porque no lo conocía".

0 comentarios:

Publicaciones Mas Vistas!